Hoy hace 70 años que Antoine de Saint-Exupéry, en misión militar de reconocimiento, despegó a bordo de un P-38 de una base aérea en Córcega, y no regresó.
Curiosamente, coincidiendo con este aniversario, hoy también me he enterado, por otro lado, que hace muy poquito han inaugurado en Francia un Parque dedicado a El Principito, en la región de Alsacia, muy cerquita de la preciosa ciudad de Colmar, que tuve la suerte de conocer hace años. Aún recuerdo la sensación al pasear por sus calles, con sus casitas que parecen de dibujos animados, como si estuvieses dentro de una aventura de D’Artacan.
El emplazamiento del parque se ubica donde, el 7 de noviembre de 1492, cayó el primer meteorito conservado y estudiado en el mundo, llamado Ensisheim. 500 años más tarde, el Parque del Petit Prince, sobre este sitio, recuerda al impacto de este meteorito y al asteroide B612. Muchas de las atracciones son experiencias aéreas, entre ellas hay 2 globos aerostáticos que recrean los mundos del El Principito y que permiten contemplar los bonitos paisajes de la Alsacia, la Selva Negra y la cordillera de Los Vosgos. Debe estar chulo subir a uno de estos globos !!!
Ojalá todos los artefactos que surcan los aires fuesen tan inocentes como éstos, aunque como cantaba Nena en la canción anti bélica “99 Luftballons” sabemos que no es así, pero al menos de los 99 algunos hay que son así :).