Y dijo Dios: «¡Que las aguas debajo del cielo se reúnan en un solo lugar, y que aparezca lo seco!» Y así sucedió.
A lo seco Dios lo llamó «tierra»,y al conjunto de aguas lo llamó «mar». Y Dios consideró que esto era bueno.
Y dijo Dios: «¡Que haya vegetación sobre la tierra; que ésta produzca hierbas que den semilla y árboles que den su fruto con semilla, todos según su especie!» Y así sucedió.
Comenzó a brotar la vegetación:hierbas que dan semilla y árboles que dan su fruto con semilla, todos según su especie.Y Dios consideró que esto era bueno.
Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el tercer día.
«Ipse dixit et facta sunt» (Él mismo lo dijo y todo fue hecho) en la izquierda e «Ipse mandavit et creata sunt» (Él mismo lo ordenó y todo fue creado) en la derecha, son las dos inscripciones que aparecen en la parte superior del tríptico de El jardín de las Delicias de El Bosco cerrado, lo que insinúa que la esfera que vemos, pintada en tonos grises y que alberga formas vegetales y minerales, alude al tercer día de la Creación.
Leyendo el libro «El maestro del Prado» de Javier Sierra, que tengo que decir que me ha gustado bastante, me hizo imaginar la sensación que uno sentiría si estuviese delante del tríptico cerrado y lo abriese, como si de una ventana se tratase, y surgiese todo el colorido interior. Pero, además, uno puede elegir empezar a abrirlo por la izquierda o por la derecha. El mensaje en cada caso es diferente.
Pero para entender el mensaje primero hay que situarse en el contexto de la época en que fue pintado el cuadro y en las posibles ideas que podían pasar por la mente del pintor. El siglo XVI, en cierta manera, fue una época parecida a la que estamos viviendo, en cuanto a la pérdida de valores y la corrupción imperante en los estamentos y en la Iglesia, lo que hizo que surgieran muchos movimientos o doctrinas alternativas para combatir toda esta corrupción. Uno de estos movimientos fue el de la llamada Hermandad del Espíritu Libre que basaban sus ideas en otro movimiento surgido mucho antes, en el siglo II: los adamitas.
Los adamitas, fue un movimiento con unas ideas muy avanzadas para su época. Pretendían, mediante la práctica del nudismo, retornar a la inocencia originaria del Edén descrita en el Génesis. Su doctrina defendía, además de la absoluta desnudez, una estricta abstinencia sexual y el rechazo del matrimonio al considerarlo una consecuencia del pecado original.
En el libro de Javier Sierra se especula con que El Bosco tuvo relación con Hermandad del Espíritu Libre y que El Jardín de las Delicias, donde aparece toda esa gente desnuda, es una representación de sus ideas.
Sabiendo esto y sabiendo que la tabla de la izquierda del tríptico representa el último día de la Creación, con la creación del hombre y la mujer (porque «No es bueno que el hombre esté solo»), y que la tabla de la derecha representa el Infierno, podemos enfrentarnos al mensaje del cuadro según si lo leemos de izquierda a derecha o de derecha a izquierda.
De izquierda a derecha (camino de la advertencia): Pasamos por el paraíso y la creación del hombre, luego su multiplicación sobre la Tierra y la ulterior expansión y corrupción a la que conduce el pecado de la carne y la destrucción paulatina de la naturaleza. Y justo después, el fin. El infierno. El castigo por los excesos.
De derecha a izquierda (camino de la profecía): Empezaríamos en el infierno, que no es más que el reino del Hijo, el mundo donde vivimos hoy. Por eso, cuando saltamos al panel central, esa exuberancia de naturaleza, agua, frutas y seres vivos se interpreta como algo que está por venir. Nos está diciendo que la humanidad está predestinada a librarse de las cargas del mundo para convertirse en una comunidad más inocente, menos apegada a la carne. Más espiritual. El panel central, pues, dejará de verse entonces como la representación de los pecados de nuestra especie para admirarse como la representación de un estadio evolutivo superior respecto a la humanidad del infierno. Y entonces, viendo la última tabla, la de la izquierda, comprenderíamos que al final de los días volveremos al paraíso y estaremos codo con codo con Dios.
Las ideas de los adamitas son interesantes … pero no sé si el ser humano todavía está preparado para llevarlas a la práctica, mientras, seguiremos en el panel de la derecha, aunque cada uno, individualmente, puede luchar por alejarse de él.
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